El contrato de alta dirección es un tipo de contrato laboral que se establece entre una empresa y un directivo, en el cual se establecen las condiciones de trabajo y las responsabilidades del directivo. Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en este tipo de contrato es la indemnización por despido.
La dimisión voluntaria no genera derecho a indemnización
En primer lugar, es importante destacar que la dimisión voluntaria por parte del directivo no genera derecho a indemnización. Esto significa que si el directivo decide renunciar a su puesto de trabajo, no tiene derecho a recibir ninguna compensación económica por parte de la empresa.
Dimisión por incumplimientos graves de la empresa no genera indemnización
En caso de que el directivo decida renunciar a su puesto de trabajo debido a incumplimientos graves por parte de la empresa, tampoco tiene derecho a recibir indemnización. Sin embargo, en este caso, el directivo puede tener derecho a reclamar una indemnización por daños y perjuicios si puede demostrar que los incumplimientos de la empresa le han causado un perjuicio económico.
Desistimiento por parte de la empresa: preaviso y límite de indemnización
En caso de que la empresa decida desistir del contrato de alta dirección, debe preavisar al directivo con un plazo mínimo de 3 meses. Además, la empresa está obligada a pagar una indemnización al directivo, que consiste en 7 días de salario por año trabajado, con un límite de 6 mensualidades.
Despido disciplinario: causas y reglas aplicables
En caso de despido disciplinario, es necesario que las causas del despido estén establecidas en el contrato de trabajo. Algunas de las causas más comunes son el incumplimiento grave de las obligaciones laborales, el abuso de confianza, el acoso laboral o la violación de la confidencialidad. En este caso, se aplican las mismas reglas que en el despido laboral ordinario, es decir, el directivo tiene derecho a recibir una indemnización por despido.
Despido procedente: no hay derecho a indemnización
En caso de despido procedente, es decir, cuando la empresa puede demostrar que existen causas objetivas para el despido, el directivo no tiene derecho a recibir indemnización. Sin embargo, la empresa está obligada a pagar al directivo las cantidades pendientes de salario y las indemnizaciones por vacaciones no disfrutadas.
Despido improcedente: opciones de readmisión o indemnización
En caso de despido improcedente, es decir, cuando la empresa no puede demostrar que existen causas objetivas para el despido, el directivo tiene dos opciones: puede optar por la readmisión en su puesto de trabajo o por una indemnización. En caso de optar por la indemnización, el directivo tiene derecho a recibir una indemnización de 20 días de salario por año de servicio, con un límite de 12 mensualidades.
Despido nulo: reincorporación y salarios de tramitación
En caso de despido nulo, es decir, cuando el despido se considera discriminatorio o vulnera derechos fundamentales del directivo, la empresa está obligada a reincorporar al directivo en su puesto de trabajo y a pagarle los salarios de tramitación, es decir, los salarios que el directivo habría percibido desde la fecha del despido hasta la fecha de la reincorporación.
Cláusula de blindaje: condiciones especiales de indemnización
En algunos contratos de alta dirección, se puede incluir una cláusula de blindaje que establece condiciones especiales de indemnización en caso de despido. Estas condiciones pueden incluir, por ejemplo, un preaviso más largo, una indemnización más elevada o la venta de acciones de la empresa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas cláusulas deben cumplir con los límites establecidos por la ley y no pueden constituir un abuso de derecho.
El contrato de alta dirección establece las condiciones de trabajo y las responsabilidades del directivo, incluyendo la indemnización por despido. Es importante conocer las reglas y los límites de indemnización en cada caso, ya que pueden variar dependiendo de las circunstancias del despido.